Los masajes en la espalda son muy beneficiosos: estimulan el riego sanguíneo y fortalecen la musculatura. Tumbaremos al niño boca abajo y probaremos con alguno de los siguientes:
1. Le acariciaremos la espalda con las dos manos extendidas a un lado y otro de la columna, desde el culete hasta la nuca, varias veces.
2. Mantendremos la posición anterior, pero ahora realizaremos un movimiento ascendente y en espiral de dentro hacia fuera, por los costados de la espalda. Primero haremos espirales grandes y luego, más pequeñas.
3. Colocaremos las manos extendidas, una sobre la otra, y acariciaremos al niño alternando una mano y la otra, mientras las desplazamos por su espalda de abajo arriba. Haremos esto, primero por un costado de la columna y después, por el otro.
4. Para acabar, deslizaremos los dedos haciendo un trazo ondulado por cada uno de los costados de la columna, de arriba abajo.
Podemos finalizar el masaje cambiando la dirección del recorrido.
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