Cuando manifieste su deseo de querer manejar la cuchara, no debemos negarnos, aunque, simultáneamente, nosotros usemos otra para darle de comer. Así, imitará el movimiento e irá perfeccionando la coordinación óculo-manual.
Progresivamente, se le irán poniendo porciones de comida en su cuchara, prestándole las ayudas necesarias pero suprimiéndolas cuando lo creamos conveniente. Sobre los dos años y medio, deberá comer solo.
Al principio, derramará parte de la cuchara, forma parte del aprendizaje. Solo así irá perfeccionando el acto.
Consejos prácticos:
-Ponerle un babero grande.
-Colocar un plástico o mantel que cubra la superficie de la mesa.
-Comenzar por alimentos de cierta consistencia para evitar que sea mucho lo derramado y provocar la satisfacción del niño con sus aciertos.
-Ponerle pequeñas cantidades en el plato, para que pueda terminarlo todo y sentirse satisfecho. Si fuese necesario, añadir un poco más cuando haya terminado.
-Ponerle un poco de agua en un vaso, lo que es un sorbo, repitiendo cuantas veces sea necesario. Así lo haremos hasta que él pueda controlar cada trago.
En nuestras manos está lograr la adquisición de buenos hábitos en la comida, contribuyendo a un desarrollo saludable y feliz.
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