Por un lado, trabajaremos la parte motriz, dado que el niño tendrá que aplicar una fuerza determinada sobre el objeto, y deberá hacerlo sujetando bien el martillo, dirigiéndolo correctamente en la dirección adecuada y acertando en el objetivo.
En esta serie de acciones, el ojo y la mano deben coordinarse estrechamente; la concentración y la atención son factores que determinarán que la tarea tenga éxito o no.
Por otro lado, el acto de golpear con el martillo provoca un resultado; el pequeño, poco a poco, será capaz de ir anticipando y prever lo que pasará antes de golpear el objeto.
Para acabar, los niños realizarán la actividad de la lámina 3.
Mojarán un pincel en pintura y pintarán sobre un papel de embalar dando golpecitos con el pincel. Después, nosotros recortaremos un trozo y lo pegaremos en la lámina.
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