Daremos al niño/a una botella de plástico pequeña y vacía. El niño se acercará a la bandeja de agua y, provisto de un bol y un embudo de plástico, llenará su botella con el agua verde.
Cuando la haya llenado, pondremos un chorro de gel de baño transparente, un puñadito de purpurina verde, y algún objeto pequeño y de color verde. Precintaremos el tapón de las botellas con cola fuerte o silicona. Una vez que el precinto se haya secado, dejaremos la botella al alcance del niño para que juegue con ella.
Las botellas se convierten en un material sensorial muy interesante, puesto que los niños/as pasan muy buenos ratos de descubrimiento y exploración con ellas: las manipulan, las analizan e investigan qué sucede al moverlas, al sacudirlas, al darles la vuelta...Y en todas estas acciones visualizan el color verde.
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